martes, 19 de julio de 2011

LIDERAZGO SINDICAL


Liderazgo sindical ha tenido por objetivo abordar las características que estarían contenidas en el nuevo liderazgo sindical de acuerdo a los requerimientos y condiciones que presenta el mundo del trabajo y la sociedad. Para esto, se ha definido como hecho central el desarrollo de buenas prácticas que apunten a establecer un método básico de trabajo y que sirva para definir agendas de trabajo, modos de gestión, formas de contraloría social o mecanismos para articular la acción del sindicato con otros actores sociales. El desarrollo de estos factores implicaría una mayor profesionalización de la actividad sindical, revitalizar la vida al interior del sindicato y adecuar sus prácticas ante los profundos cambios en materia laboral. Todos estos aspectos debieran permitir formas de  trabajo en aras de mejorar las condiciones de trabajo e insertar a los sindicatos como un actor relevante en la realidad económica y productiva de la sociedad Peruana.

Desde esta perspectiva, las competencias que requiere el nuevo liderazgo sindical se basan en articular diversos intereses, en reconocer las características de sus entornos laborales y coordinar los recursos, técnicos, humanos y financieros del sindicato. Además, debe ser capaz de definir sus acciones atendiendo la consecuencias que tiene la velocidad del cambio económico para las trayectorias laborales y las empresas la velocidad del cambio económico, hecho que determina la demanda por flexibilidad y adaptabilidad.

En las actuales condiciones del mundo del trabajo no han dejado de existir prácticas que afectan y reducen el rol del sindicato como un interlocutor válido ante el empleador, respecto de los intereses de los trabajadores. Una muestra de esto es la persistencia de las denuncias por prácticas antisindicales. Para enfrentar esta situación, y más allá de la normativa laboral, es necesario que el sindicato sea más fuerte y para esto debe basarse en la legitimidad de sus dirigentes y en la confianza que puede existir entre los miembros del sindicato. Estos dos últimos aspectos, que deben ser desarrollados, como objetivos primarios, por el nuevo liderazgo sindical, implican avanzar en una democratización de la vida sindical.

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