miércoles, 20 de julio de 2011

Socavando la descentralización

La descentralización llegó tarde, pero llegó como una estrategia central, no para hacer cualquier cosa con ella, sino para construir un nuevo estado, una nueva sociedad, una nueva manera de hacer política y que se expresara esos cambios en una nueva cultura de “todas las sangres”. Las luchas sociales la están poniendo a prueba: avanza o retrocede. Las luchas de Abancay  están demostrando, con la claridad de las aguas cristalinas que bajan de los andes, el uso incorrecto, superficial, unilateral de la descentralización: no se gobierna a base de la planificación concertada ni se profundiza y enriquece el presupuesto participativo. Se le usa para el discurso y de adorno legal que exige el estado central. La participación ciudadana es la más afectada y, por consiguiente, se desdibuja la gran posibilidad de desarrollar la democracia como modelo de gobierno y cultura ciudadana.

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